domingo, 13 de febrero de 2011

El amor siempre se va y cuando entra no te avisa.


Un minuto para mí son sesenta maneras de pensar en ti, sólo son sesenta segundos en los que respiro sin ti. Vivo encerrada en la esfera de una lágrima, se empaña mi mirada al pensar en lo que me deparará el mañana, sin ti. No hay lluvia que supere mi llanto, la felicidad es una quimera y descifrarla me cuesta tanto si no es a tu lado. Las penas me preparan mi aposento en donde no existe el aire ni los árboles son azotados por el viento. Busco y no te encuentro, perdí el mapa que había en mi corazón, no sé cuáles son tus coordenadas, por eso hoy te invento. Es un tormento el llevarte dentro y no tenerte, condenada quererte en tu ausencia hasta el día de mi muerte. Mis sentimientos no tienen precio. Entre tú y yo siempre se levantó un muro del silencio, hoy somos dos desconocidos con un pálpito que late en el olvido.Sonrío, a pesar de ser una gota de lluvia que se perdió en un río. Salto al vacío, no puedes mi reflejo, ya que soy un roto espejo. Los años no pasan por mí, el dolor me hace más viejo. Tu imagen desgarró mi pecho el día en que te fuiste lejos. Momentos mágicos se escaparon del tic-tac de este reloj. Sueño con una despedida, ya que te marchaste sin decir adiós; sin decirme “amor vuelvo pronto, ten paciencia sigo queriéndote a pesar de que nos separa la distancia” Tus caricias son las sustancias que le faltan a este cuerpo. Hoy se desata mi tristeza con las notas de este piano en el que me envuelvo y me hacen ser vulnerable, mis cicatrices son días grises que en mí se vuelven palpables. 

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